Zona
Central
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El
centro de Chile es el núcleo cultural del país.
Las ciudades más grandes se encuentran en esta zona,
como la mayoría de sus universidades e industrias,
viñedos, las tierras agrícolas más
finas y la arquitectura colonial y de comienzos de la República.
De
hecho, Chile central es, en cierto modo, un microcosmos
del país, balanceándose entre el desierto
del norte y los bosques del sur, con la capital rodeada
por las cumbres más altas de América y gran
cantidad de playas de primer nivel.
La capital de Chile, Santiago, es un foco de la economía
latinoamericana y a ella arriban casi todos los vuelos internacionales. |
Limpia y moderna, con excelentes hoteles y gastronomía
para satisfacer los gustos más exigentes, está en
una cuenca entre la cordillera de la Costa -hacia el oeste- y
los Andes, al este. Las pistas de esquí de los Andes centrales
están a sólo cuarenta y cinco minutos, luego de
grandes curvas que ascienden 2.200 metros en 42 kilómetros.
Muchas viñas -que pertenecen a seis regiones vinícolas
diferentes- están cerca de la capital. Numerosas termas;
haciendas del siglo XVII y parques nacionales en los Andes y la
cordillera de la Costa pueden ser fácilmente visitados
por el día. De noche, los visitantes pueden elegir entre
una gran variedad de restaurantes de comidas regionales o étnicas.
Excelentes hoteles garantizan noches sin sobresaltos, ya sea para
hombres de negocios o turistas.
Hacia
el oeste, modernas autopistas conectan la capital con las
ciudades costeras de Viña del Mar, Valparaíso
y San Antonio. Al igual que Santiago, la costa central tiene
un clima mediterráneo, con inviernos cortos y suaves
y un verano soleado que dura hasta ocho meses. Aquí
una cadena de playas blancas y balnearios tiene algo que
ofrecer a todos, desde lugares de veraneo de lujo hasta
cabañas aisladas, picnic en la playa o mariscos frescos
en un restaurante al aire libre. |
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Más
al norte, el clima se torna cada vez más seco. La
cadena de playas y lugares de veraneo continúa hacia
el norte hasta La Serena, la segunda ciudad más antigua
de Chile y la capital de facto de la región pisquera.
De
Santiago al sur, el clima se torna gradualmente más
frío y húmedo. Estas fértiles tierras
fueron las primeras en ser reclamadas por los conquistadores
españoles. Aquí el huaso chileno aún
vive todo el día sobre el caballo, con su tradicional
poncho y sombrero, afinando su técnica para las competencias
anuales de rodeo. |
Hacia el este, la cordillera de los Andes es una presencia
inolvidable, vestida de blanco en invierno y primavera.
Su posterior deshielo alimentará los ríos
que irrigan el corazón de Chile. Más
allá de la primera hilera de cumbres, visibles desde
cualquier parte del valle central y desde muchos lugares
a lo largo de la costa, hay una jungla de cañones
esculpidos por los glaciares, bosques con microclimas, lagos
alpinos y ríos torrentosos. Los caminos laterales
llevan a la cordillera, con acceso a numerosos parques e
infinitas oportunidades para esquiar, caminar, hacer montañismo,
andar en mountain bike, montar a caballo y hacer rafting. |
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